El orgullo de una pucelana que sueña con ser futbolista
Carmen Garrido, la persona más joven en jugar un partido oficial en el nuevo Estadio José Zorrilla, habla sobre el camino del fútbol femenino, el proyecto blanquivioleta y la emoción de defender los colores de su tierra
A sus 15 años Carmen Garrido ha sido la persona más joven en disputar un partido oficial en el 'nuevo' Estadio José Zorrilla. Ese dato, impactante, a ella, tímida, introvertida, la pilla un poco de sorpresa, sin palabras. En su hoja de ruta no están los hitos sino el trabajo diario para seguir soñando con poder ser futbolista mañana. Ella, que a punto estuvo de tirar la toalla esta temporada tras una lesión que se prolongaba en el tiempo, transmite en esta entrevista el orgullo por defender la camiseta del Real Valladolid, el Club de su ciudad, de su vida, con esa sonrisa contenida de la adolescente que crece dentro y fuera del verde.
Como tantas otras, al menos hoy, empezó a correr detrás de un balón con cuatro años, inspirada por su hermano. "Empecé en un equipo masculino, éramos algunas niñas del pueblo, para pasármelo bien. Luego empecé al fútbol sala con todos mis amigos, éramos tres niñas también, y estuve dos años hasta que me llamó un equipo para probar en fútbol 7" relata con sencillez la portera, quien pronto se dio cuenta que lo suyo era estar bajo palos gracias a que en la pista del 40x20 no contaban con nadie y alguien tenía que jugar ahí. "Dije de probar, me gustó, no se me daba mal y yo me tiraba con todo aunque el suelo fuese duro" recuerda. Fueron los primeros pasos de un camino que está por escribir y que la llevaron a la recién formada estructura femenina del Real Valladolid en el verano de 2022.
Igual que como a la portería, al Pucela llegó por probar. "Mi padre me dijo de hacer las pruebas y dije bueno, vale, no tenía ninguna esperanza de que me cogieran. Y cuando me dijeron que sí, jobar, me han llamado para el Real Valladolid, habrá que lucharlo para ganarse el puesto y quedarse aquí" explica con ese inevitable sentimiento de orgullo que late dentro de cualquier aficionado de corazón. "A todo el mundo le gusta representar al escudo de la ciudad", lo sabe bien, y ella lo lleva defendiendo durante dos temporadas, desde que arrancó el proyecto femenino blanquivioleta, en el equipo infantil la temporada 2022-23 y, en la presente 23-24, desde el filial regional. Una familia que pone en valor ya que "aquí hicimos una piña, somos todas de la misma edad y nos hicimos amigas enseguida, las entrenadoras nos apoyaban en todo y conseguimos ganar muchas cosas gracias a ello, nos enseñan mucho".
Una lesión que casi la hace abandonar
Puede parecer poco tiempo pero estos dos años, para Carmen Garrido, 'Garri' como se la conoce deportivamente, han sido muy intensos. A pesar de su corta edad, ya que nació en enero de 2009, ha podido vivir tanto la amargura como alguno de los episodios más bellos que deja el fútbol. De casi tirar la toalla por una lesión a debutar en Zorrilla ante 11.500 personas.
Fue "de la manera más tonta, celebrando un torneo", cuando notó el dolor. "Al principio me dijeron que era un esguince y después de verano iba a empezar bien. Pasaron los meses y no se me pasaba el dolor, mi entrenadora me dijo de hacerme una resonancia y me dijeron que tenía un poco abierto el ligamento del tobillo. Al principio me mandaron a rehabilitación pero como no se pasaba el dolor, me operaron" cuenta ahora con tranquilidad, repasando un episodio que la llevó a "pensar en dejarlo, muchas veces, estuve a punto de rendirme".
Pero en la familia blanquivioleta, además de en la biológica, encontró la fuerza para seguir. "El apoyo del cuerpo técnico y de las compañeras, que estaban en todo momento, me hizo no rendirme. Me acompañaron en la operación, estuvieron conmigo en el hospital... eso te hace volver más fuerte". Era imposible imaginar el giro que daría la temporada después de un inicio tan malo.
Y es que en este 2024 la proyección de Garri, una de esas joyas que cultiva la cantera blanquivioleta, ha cambiado. El 9 de octubre de 2023 pasó por quirófano, asistida por el doctor Lomo. El 29 de noviembre comenzó a trabajar, individualmente, sobre el césped después de semanas de fisioterapia y gimnasio. El 8 de enero, en un torneo solidario en Zamora, volvió a sentirse futbolista con sus primeros minutos del curso, y el 1 de marzo fue titular con la selección de Castilla y León sub15 en la fase plata del Campeonato de España. Pero aún quedaba el premio mayor.
Un 17 de marzo que nunca olvidará
"Me dijeron de hablar con la coordinadora, y dije... será alguna cosa que haya pasado. Pensé que me iban a echar (ríe). Y cuando me lo dijeron no me lo esperaba para nada, digo a mí qué me van a llamar después de la lesión. Fue un orgullo para mí". Garri se refiere al momento en el que la comunicaron que pasaba a ser parte del primer equipo femenino, el Real Valladolid Simancas, para ocupar el puesto de Lara, por lesión. Fue en una semana clave para el Pucela y para el fútbol femenino en Castilla y León, en vísperas del duelo en el Estadio José Zorrilla ante el Atlético Lince que despertó expectación en la ciudad y la provincia.
Recuerda Carmen que "el entrenador de porteros del A, Pablo, me dijo 'cómo cambian las cosas de una semana para otra'. Me dije que tenía que hacer la mejor semana para, al menos, jugar cinco minutos". Y allí estaba esa mañana de domingo, concentrada en el hotel antes de salir hacia Zorrilla, compartiendo unos momentos con los que sueña cualquier amante del fútbol y del Pucela.
"Fue un partido que ninguna de las que lo hemos jugado vamos a olvidar. Salí al campo temblándome todo pero las compañeras estuvieron conmigo todo el rato, me apoyaron y poco a poco se me fueron quitando los nervios. Tenía la sensación de que no quería que acabase ese momento, vivirlo fue una pasada" relata ahora, unas semanas después, con el poso que da el paso del tiempo, pero con la ilusión de una chica de 15 años que ha cumplido una meta. También ahí notó el calor de la familia blanquivioleta, de sus compañeras estos años, que tras el partido -en el que jugó toda la segunda mitad- la mantearon: "Siempre están ahí, he vivido un año con ellas, dos con algunas, y están siempre cuando quieres, y cuando no quieres también".
El orgullo de ser del Real Valladolid
Si algo repite Carmen Garrido durante la entrevista es ese respeto por sus raíces, por su identidad, por su Club y los valores que defiende. "Es un orgullo verte ahí, representar los colores y el escudo de la ciudad donde has nacido, todo el mundo quiere jugar aquí", reitera, al tiempo que repasa el camino recorrido por el fútbol femenino y pone la vista en el futuro.
"Para el fútbol femenino es un paso muy grande tener a un Club que represente a la ciudad, es algo que mucha gente ve y, poco a poco, esforzándonos, vamos a conseguir que salgamos en todos los sitios" anhela Carmen Garrido, poniendo en valor la estructura femenina del Real Valladolid desde categoría benjamín hasta el equipo senior. El objetivo inmediato que se marca es el ascenso, tanto del primer equipo como del filial, para seguir subiendo escalones y llegar algún día a esos escenarios que ahora ve por la tele. "Me lo he imaginado pero quedan muchos años y mucho esfuerzo para eso, para ser referente de otras niñas" estima, al tiempo que subraya la evolución del fútbol practicado por mujeres y la posibilidad, hoy, de llegar mañana a donde están algunas de sus ídolas.
"Empecé con Ter Stegen, pero iba viendo partidos femeninos y Sandra Paños siempre ha sido referente, quiero ser como ella" imagina, poniendo la mirada en una de las mejores porteras del panorama internacional. Pensamiento global y actuación local ya que Carmen Garrido también se siente orgullosa por el camino que han abierto en la región sus compañeras del primer equipo; "lo que han hecho estos años se ha visto y ahora que el fútbol femenino está cogiendo más fuerza ellas también lo están haciendo en Valladolid", admira, a la vez que manda un mensaje, casi una autoafirmación, para las niñas que empiezan a dar sus primeros pasos: "Que se esfuercen a tope y nunca se rindan, si tienen un sueño que vayan a por todas y nada ni nadie les pare por hacerlo".
Para cerrar, una reflexión de esperanza. De sueños, de ilusiones y de reconocimiento de todas las que han hecho posible llegar hasta aquí. De pasión compartida y de obstinación personal: "Al principio, al verte siendo la única chica en el equipo, lo vives pensando que tampoco vas a lograr nada, vas a pasártelo bien. Pero pasa el tiempo, veo partidos de fútbol femenino y dices... ojalá estar donde están ellas".