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El hogar del Pucela cumple 25 años

La Residencia de Jóvenes Jugadores del Real Valladolid, por la que han pasado ilustres canteranos, celebra el cuarto de siglo desde su inauguración

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Corría el 22 de junio de 1999 cuando, en una de las laderas del barrio de Parquesol, nació la segunda casa del Real Valladolid. Inaugurada por el entonces presidente de la Junta de Castilla y León, Juan José Lucas, la Residencia de Jóvenes Jugadores supuso un gran impacto para la cantera blanquivioleta, un hogar para los niños que llegaban a la ciudad con el objetivo de crecer en los Anexos, aunque también sirvió de morada para deportistas de otras disciplinas.

Y es que 25 años después, en la misma ubicación y con retoques -sobre todo en el interior-, la otra casa del Pucela celebra un cuarto de siglo. Por ella han pasado cientos de futbolistas que perseguían sus sueños en las instalaciones del Estadio José Zorrilla y sus aledaños, pero sin descuidar los estudios que los diferentes chavales cursaban en centros de la capital.

Así, los jóvenes jugadores llegados de otros puntos de la provincia, Castilla y León, España o el resto del mundo afrontaron -y afrontan- en clave blanquivioleta una de las etapas más importantes de sus vidas. Los principales encargados de sus respectivas formaciones han sido los directores del centro. El primero de ellos fue Oliver García, quien estuvo en el cargo hasta 2010, lo cual le supuso “ilusión y orgullo por inaugurar la Residencia”. “Era un trabajo enorme y muchísima responsabilidad porque había que poner en marcha todo. Era empezar de cero. Fue bonito, pero a la vez bastante duro y complejo”, recuerda.

Al principio, la Residencia contaba con “unos 40 o 44” jugadores. “El número fluctuaba”, apunta Oliver. Después de tantos años, resalta los principales cambios “del mobiliario que había a la entrada”, pero señala que “la decoración sigue más o menos igual”, con protagonismo de los colores del Club y un ambiente en el que se respira el fútbol más puro.

Desde el comienzo también fue el hogar de jugadores del Programa Internacional del Club, así como de baloncesto, tenis, balonmano, hockey en línea o tenis de mesa. Una casa en la que cogió el relevo Antonio Santos (2010-2011). “Fue algo muy especial poder contribuir al crecimiento de los jóvenes jugadores. También una gran responsabilidad, ya que se trataba de una etapa muy importante de sus vidas”, comenta el segundo director.

Como en casa
La Residencia de Jóvenes Jugadores del Real Valladolid es, sin duda, uno de los principales activos del Club para la captación de los futbolistas. Todos ellos persiguen el sueño de debutar con el primer equipo, aunque tan solo lo han conseguido 31. El último ha sido Arnu, que con 17 años recién cumplidos alcanzó ese objetivo en Zorrilla.

Óscar González fue el primero de una lista a la que, además de Arnu, se unieron Jonathan, Álvaro Antón, Agustín Villar, Rafa, Ortiz, Asier, Kike López, Asenjo, Jesús Rueda, Carlos Lázaro, Sergio García, Javi Navas, Toni García, Lolo Plá, Zubi, Iván Casado, Dani Vega, Anuar, Jose Arnaiz, Mayoral, Toni Villa, Apa, Salisu, Fresneda, Slavy, Tunde, Garriel, Amath y Koke.

Ricardo Coque, el tercer director (2011-2020), vivió de primera mano el crecimiento de algunos de ellos. “El objetivo prioritario de todo el staff fue que los jugadores sintieran la Residencia como su casa. Me quedo con el cariño que nos siguen demostrando después de muchos años”, cuenta.

Para todos los chavales el centro fue su hogar. Allí evolucionaron como personas y a nivel académico, ya que la Residencia cuenta con dos salas equipadas para el estudio, donde los jugadores también reciben clases particulares. Muchos de ellos dieron el salto a la universidad, otro en su etapa educativa, cultivándose antes y después de cada entrenamiento.

Más plazas
A lo largo de estos 25 años no ha habido cambios significativos en el edificio, aunque sí ha ido evolucionando y adaptándose a los nuevos tiempos. Por ejemplo, la sala de televisión se ha convertido en una zona de juegos y se ha trasladado al salón de actos, el cual tiene mayor capacidad. Todo ello con protagonismo para las diferentes generaciones que han pasado por allí, recordados en diferentes cuadros y con las camisetas enmarcadas de algunos de ellos.

También cabe destacar el aumento de las plazas para acoger a 64 personas en la actualidad. Así, jugadores de los diferentes equipos de la cantera del Real Valladolid conviven en ‘la Resi’, donde otros compañeros en el pasado fraguaron grandes amistades que les siguen uniendo.

Diego López, actual director de Cantera del Real Valladolid, cogió las riendas en 2020 y continúa al frente del centro. “Cuando recibí la llamada del Club ofreciéndome la posibilidad de dirigir la Residencia de Jóvenes Jugadores, no lo dudé ni un minuto. Era regresar en otra faceta que cerraba el círculo de mi vida: formación y fútbol”, explica.

Además, recuerda que su llegada al cargo era algo muy especial para él: “Haber estado en la cantera como futbolista y preparador físico, y regresar como director de la Residencia tomando el relevo de Ricardo Coque, con quien tuve la suerte de compartir mis cuatro primeras temporadas en el Cadete Regional, me hizo muy feliz”.

Bajo su mandato, el 14 de diciembre de 2021 se vivió un hecho importante para la Residencia, ya que se produjo el traspaso de la Fundación al Club. Así, todos los directores coinciden en que estar al frente de la Residencia es algo muy reconfortante, pero también conlleva una esencial responsabilidad. “Trabajar con estos chicos, en plena formación deportiva y personal, es todo un reto que motiva diariamente. Si a eso le añades el excelentísimo grupo de trabajo con el que comparto esta labor, lo hace todavía más gratificante”, expresa Diego López.

Ahí, decenas de chavales con un sueño en común que conviven cada año hacen de la Residencia un hogar muy especial. Un hogar blanquivioleta donde luchan a diario para formarse sobre el césped de los Anexos, académicamente y, por supuesto, como personas. Un desarrollo en el que los cuatro directores, junto al resto de los trabajadores del centro, juegan un papel fundamental.