Siete jornadas han sido más que suficientes para que el Levante U.D. tenga ya el cartel de favorito número 1 al ascenso a la Liga Santander esta temporada. No en vano, es el líder, con cinco victorias, un empate y una derrota.
El Levante puso la primera piedra del ascenso optando por la vía de construir un buen equipo de fútbol antes que buscar la mera suma de individualidades. Y para ello contrato a Juan Ramón López Muñiz, un técnico de reconocido prestigio que ya la semana pasada había sacado un buen rendimiento al Alcorcón, por lo que conoce la categoría perfectamente.
El Levante de Juan Ramón López Muñiz es, ante todo, un equipo. Y un equipo práctico, que busca la efectividad sin fuegos de artificio. El balón es un elemento para ganar y hacer daño cuando lo tienen y del que defenderse cuando lo tiene el rival. Sencillez e ideas claras.
El equipo granota utiliza un sistema de juego 1-4-2-3-1 bien ajustado, donde los medios centros defensivos y el media punta rotan sus posiciones continuamente para dar dinamismo, buscar superioridades, ofrecer apoyos y aportar el equilibrio. Los centrocampistas tienen buen criterio en el manejo del balón y con ello el Levante consigue dominar el juego.
Los laterales son los que dan amplitud en el campo y se incorporan cuando se presenta la oportunidad, generando inestabilidad al adversario. Sus apariciones en desdoblamiento suelen ser precisas y productivas. En el carril derecho, su capitán, el querido exblanquivioleta Pedro López sigue con su disciplina intacta en el campo, si bien el domingo no será de la partido al estar sancionado, al igual que Jaime Mata.
En cuanto a su salida de balón, es a través de juego directo, no combinan en exceso desde atrás, y prefieren ir a buscar la segunda jugada en campo contrario, para a partir de ahí elaborar si procede. Cuando pueden, buscan a Roger en largo, otro viejo conocido de la afición vallisoletana, que se encuentra en un momento dulce, tanto de cara a portería como de juego.
Roger está demostrando en el Levante no solo capacidad rematadora, sino también visión del juego, con asistencias de gol, lucha y juego de espalda a la portería, amén de goles de diferentes tipos. Además, su trabajo aguerrido en la punta, presionando al rival, junto a los medios, incomoda tremendamente a sus adversarios, y propicia muchas recuperaciones y contraataques. La determinación con la que pelea todos los balones, arrastra en buena medida al espíritu del equipo.
En la media izquierda destaca Morales, jugador muy vertical, que encara, con buen regate y conducción, sinónimo de peligro, bien partiendo desde la banda, bien por dentro, con capacidad de desmarcarse en apoyo o en ruptura.
El equipo valenciano tiene otro exblanquivioleta: Raúl Fernández, que ha desbancado últimamente en la portería a Remiro, arquero cedido por el Athletic Club.
En resumen, al Pucela le espera un equipo muy duro, rocoso, sacrificado, con mucho oficio, pero no exento calidad técnica, lo que le confiere mucha eficacia en el terreno de juego.