El pucelano, quien fue capitán del primer equipo y entrenador de cantera de la entidad blanquivioleta, pone el punto y seguido a su etapa al frente del banquillo del Promesas
Javier Baraja dice 'hasta luego' a la que es su casa. El del barrio de las Delicias, jugador del Real Valladolid, más tarde capitán del primer equipo, luego entrenador de la estructura de cantera de la entidad blanquivioleta, y en las dos últimas temporadas el técnico al frente de una de las etapas más exitosas del Promesas, pone a fin a este periodo como míster dentro del Pucela.
Nacido en la capital vallisoletana el 24 de agosto de 1980, Javi Baraja ha sido ejemplo de fidelidad a los colores blanco y violeta. Además de su prolífera trayectoria como jugador en Zorrilla tanto en Segunda como en Primera División, inició su carrera como entrenador 'de la casa' como ayudante de Miguel Ángel Portugal en la élite, para después dirigir al Cadete A primero y al Juvenil A después, con el que firmó una gran temporada que valió su paso al filial del Real Valladolid en el curso 19-20.
Ya en el Promesas, en Segunda B, Javi Baraja logró un gran éxito clasificando al equipo en cuarta posición y luchando por ascender a la categoría de Plata del fútbol patrio. Un buen hacer que se ha prolongado esta 2020-21 en la que el filial del Real Valladolid, con el de las Delicias al frente, ha conseguido meter al equipo en la Primera RFEF.
A pesar de que su contrato contemplaba un año más como técnico del Promesas, Javi Baraja ha decidido no continuar en la entidad. Se marcha, y junto a él su segundo Jesús Rueda y al preparador físico Roberto Lorenzo, con el eco de los éxitos logrados y dejando una impronta de trabajo riguroso, cariño por sus colores, y dedicación plena en la que ha sido, es y será su casa.
Desde el Real Valladolid se desea al técnico la mejor de las suertes en sus próximas etapas y se quiere agradecer el gran desempeño que ha desarrollado en estos últimos años desde los banquillos de la cantera blanquivioleta.