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Hoy recordamos a... Manolo Peña

El delantero pasó a la historia por su triplete en el Camp Nou, pero su trascendencia en aquellos años de gloria del Real Valladolid va más allá

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Aquel 20 de diciembre de un ya lejano 1987 fue difícil de creer e imposible de olvidar. Era la jornada 15 y el Real Valladolid llegaba al Camp Nou en lucha por situarse en la segunda posición y poder discutir al Real Madrid el título de liga. En cambio, el FC Barcelona, entrenado por Luis Aragonés y con Zubizarreta, Schuster y Lineker en sus filas, navegaba en la zona media. 

En aquel partido emergió la figura de Manolo Peña Escontrela. Había cumplido los 22 años hacía dos días y Cantatore lo eligió para formar parte del once titular, junto con Fenoy, Torrecilla, Lemos, Manolo y Fernando Hierro, Moreno, Endika, Gonzalo, Moya y Minguela. Tres goles en 18 minutos sirvieron para remontar, para firmar su primer triplete en Primera, y para escribir su nombre en la historia del Real Valladolid.

Pero la trascendencia del delantero fue más allá de aquella noche mágica en Barcelona. Nacido en Lugo y criado en El Bierzo, este veloz jugador llegó a Zorrilla en la temporada 83-84, antes de cumplir los 18 años, aún como juvenil. Fue el año de la Copa de la Liga -en un estadio nuevo, inaugurado hacía un año- aunque el joven Peña no tuvo minutos en aquella competición.

Su progresión como blanquivioleta tuvo su reflejo en la Selección Nacional sub 20, con la que llegó a ser subcampeón del mundo en Rusia 1985, bajo la batuta de Jesús María Pereda. Tan solo Brasil, en la final disputada el 7 de septiembre, pudo frenar a aquella España.

 

Años de gloria en Pucela
Las temporadas de finales de los 80 trajeron muchas alegrías a la afición del Real Valladolid. El club crecía en lo institucional, y el primer equipo estaba asentado en la zona media alta de la tabla peleando cada curso por entrar en puestos europeos. Varios jugadores llegaron a la Selección absoluta española, y se terminó de fijar la infraestructura en la Avenida del Mundial 82 con la construcción de los Anexos y el cambio de sede de las oficinas.

La 86-87 fue la de la consolidación de Manolo Peña, con 21 años. El gallego disputó 31 partidos, 16 como titular, y anotó siete goles con los que ayudó al equipo a finalizar en décima posición. Su buen hacer lo llevó a la Selección sub 21 e incluso a la Selección Olímpica, donde disputó la fase de clasificación en 1988 con la vista puesta en Seúl, aunque sin llegar a obtener plaza para los Juegos.

La guinda a unos años de ensueño se puso un 30 de junio de 1989. Con sabor amargo, no obstante, ya que el Real Valladolid cayó derrotado. Pero la gesta de alcanzar la final de la Copa del Rey permanece en la memoria y, aunque con menos brillo que aquel partido en el Camp Nou, Manolo Peña fue uno de los artífices. En esta ocasión no pudo marcar, a pesar de disponer de varias ocasiones, y el gol de Gordillo sirvió para que el trofeo se quedase en Madrid en lugar de viajar a orillas del Pisuerga.

 

De vuelta a su lugar de origen
Aquel partido fue el último servicio del atacante con la camiseta del Real Valladolid. El Zaragoza pagó un traspaso de 50 millones de pesetas, tal y como recuerdan las crónicas de la época, y después de tres temporadas en el club maño -marcado por una grave lesión- defendió los colores de Cádiz, Talavera y, finalmente, la Ponferradina ya en la 99-00.

Allí, en Ponferrada, a veinte kilómetros de la población que le vio dar sus primeros pasos como futbolista, Toral de los Vados, colgó las botas y comenzó una breve andadura al frente de la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento. Después ejerció de asesor financiero hasta que, con 46 años y víctima de un cáncer, falleció.

Manolo Peña fue parte de esa gloriosa historia de un Real Valladolid que vivió algunos de sus mejores momentos al final de los 80. 148 partidos de Liga como blanquivioleta, 52 goles, y el recuerdo de no haber visto una cartulina en seis años completan la memoria de aquel que salió del Camp Nou convertido en leyenda.