El menos de los nietos de Miguel Delibes soltó una paloma al cielo de Valladolid tras la lectura de un emotivo texto del desaparecido autor sobre su cariño hacia el Pucela
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Valladolid llora desde el pasado viernes la muerte de Miguel Delibes. Es como si todos los vallisoletanos hubieran perdido algo muy hondo, sus raíces. El Real Valladolid y el Real Madrid quisieron homenajear al escritor, al hombre amante del deporte y en especial, al aficionado al fútbol.
Nada mejor para homenajear a un escritor que convertir el minuto de silencio en el minuto de la palabra, de la palabra castellana de Miguel Delibes. El texto elegido, un extracto de "Mi vida al aire libre. Memorias deportivas de un hombre sedentario", fue el siguiente: "Yo creo que mi primera afición deportiva, asumida como pasión, como auténtica pasión desordenada, fue el fútbol. Yo fui hincha antes que aficionado. Anteponía al espectáculo el triunfo de mi equipo, el Real Valladolid Deportivo. Y hasta tal punto vivía sus peripecias de corazón que, de muy niño, hacía solemnes promesas al Todopoderoso si el Real Valladolid salía victorioso en Las Gaunas o El Infierniño. En cambio, cuando jugaba en casa, me parecía que bastaban mi aplauso y mis voces de aliento para triunfar y no iba con embajadas al Todopoderoso".
Tras recordar el imperecedero legado de Miguel Delibes, su palabra, que sobrecogió a la grada, el nieto más pequeño de Miguel Delibes, Mateo Luca de Tena Delibes, soltó una paloma al viento castellano. Otros nietos de Miguel Delibes lo vivieron al borde del terreno de juego, al lado de una fotografía de su abuelo, al que dieron cristiana sepultura este sábado.
Fue un sencillo homenaje a un gran hombre sencillo. Descanse en paz Miguel Delibes.