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Las galopadas de Juan Carlos para colorear el presente

El Hospital Benito Menni acoge el taller de reminiscencia del Real Valladolid, que hace del fútbol una herramienta para combatir el olvido

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Las historias vuelven a dibujarse en la cabeza de Ludi. También en la de Félix, cuyos hijos siguen viniendo desde el pueblecito de Castrobol, al norte de la provincia, a Zorrilla, como él hacía. En la de Marcelo, la de David y la de Nieves, quien a sus 90 años regresa a aquella fábrica de aluminio del barrio de Las Delicias en la que trabajó.

Todas ellas, once personas, están reunidas en torno a la mesa en una de las salas del Hospital Benito Menni. Delante de ellas un cuaderno que se titula ‘Mi historia de vida y el fútbol’. Unas páginas en blanco que, con ayuda de Javier Torres Gómez, de Onésimo, de Justino y de Juan Carlos, van recuperando color. En el centro hospitalario, especializado en salud mental, se desarrolla la cuarta sesión (de las doce previstas) del taller de reminiscencia que organiza la Asociación de Veteranos del Real Valladolid junto a la Fundación blanquivioleta, en colaboración con la Fundación LaLiga; y hoy es momento de recordar los orígenes, el nombre de sus padres, el lugar de nacimiento, sus recuerdos vinculados al fútbol.

Las ideas brotan. El deporte es la excusa para hilar historias de vida. Para volver a la inauguración del campo de Cantalejo. A Di Stéfano contra Saso, y un gol del madridista en Pucela un 28 de marzo de 1954 que acabó con remontada histórica blanquivioleta. Al gol de Koeman en la final de la Champions del 92. Al 12-1 a Malta de 1983, uno de los recuerdos colectivos más vívidos. Al primer partido que uno de los asistentes celebró en Zorrilla, un Real Valladolid 2-1 Atlético de Madrid sin fecha concreta, suspendido en un tiempo indefinido. Pero esa sensación vivida, rascando un poco en la memoria, sigue presente.

Es el objetivo de los talleres de reminiscencia. Que las personas mantengan activa su memoria, que ese ejercicio mental sea resistencia contra la enfermedad o el deterioro propio del paso del tiempo. La edad de nacimiento de los asistentes varía. Carmen, la de Cantalejo, nació en 1933 y mientras pega en su libro fotografías del pueblo segoviano repasa que vivió un tiempo en Francia. Ludi, de Arrabal de Portillo, comparte que los hermanos Lesmes vivieron en su pueblo y se lanza a hablar de una de las anécdotas que muchos tienen presente, cuando Gerardo Coque (jugador del Real Valladolid) comenzó un romance con La Faraona, Lola Flores. Era 1954, y Nieves también lo recuerda, aunque le da vergüenza hablar de ello.

Del glamur de los famosos a sus propias historias. Javi Torres Gómez, leyenda del Real Valladolid, pregunta y bromea por los amoríos de cada uno de los asistentes. Muchas historias coinciden. 60 años de matrimonio. Desde los 17 años con su marido. “Con la misma desde el inicio, para qué cambiar, ¿verdad?” dice otro. También las hay en otra dirección, y se escucha que “yo era ligón antes de la mili” y que “conocí a mi mujer por Internet, antes salía mucho de fiesta”. Destellos que brillan, nombres que van apareciendo, guiados por las fotografías y vídeos que se van pasando en pantalla. Y Mariano, futbolero de bandera, asume el liderazgo: “Recuerdo la presencia de Fenoy”, “En España, los dos mejores jugadores que ha habido, Di Stéfano y Kubala; por él se hizo el Camp Nou, porque llenaba el estadio en Les Corts, todos le querían ver”. Luis Miguel Gail, Matías Prats, Zarra. Pepe Moré, quien levantó la Copa de la Liga al cielo castellano en 1984 para encumbrar al Pucela, que les visitó la semana anterior. Así hasta llegar al descanso de la sesión, momento para demostrar que el humor también sigue en activo. “¿Qué queréis, agua, zumo? Un vinito” fue la respuesta.

El Hospital Benito Menni para devolver esperanza

Los profesionales sanitarios del Hospital Benito Menni acompañan en todo momento a los once usuarios. Algunos están allí como centro del día, dentro del programa de atención a la dependencia. Otros se recuperan. Es el caso de Luismi, de enhorabuena esta mañana: después de una nueva sesión de fisioterapia ha logrado mantenerse en pie, sin ayuda, durante 30 segundos. Es un gran logro para él, quien sufrió un ictus hace unos meses que afecta a su movilidad articular.

En las ocho unidades del hospital conviven historias con aristas muy diferentes. Hay pacientes en edades tempranas de Alzheimer, esa terrible enfermedad que lleva a olvidar cómo se realizan las tareas más sencillas del día a día. También personas que sufrieron ictus y necesitan rehabilitación física y cognitiva. Al Benito Menni acuden mayores, con los achaques propios de la vejez, y al mismo tiempo atienden a personas con problemas psiquiátricos, tienen una unidad de cuidados paliativos e incluso otra infantil, ya que las enfermedades mentales no entienden de edades. Además, cuentan con un programa de integración socio laboral para personas con problemas mentales que pueden ser tratados con medicación, y cuentan con un centro de protección internacional, así como la residencia de las hermanas ya que el centro está fundado por la Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, creada por el padre Benito Menni en 1881. En Valladolid, el hospital lleva en funcionamiento desde 1972.

Entre todas esas historias que se citan en el taller de reminiscencia está la de Tinín. Él fue paciente y ahora, recuperado, se afana como voluntario para ayudar a otros que están luchando contra las mismas sombras a las que él consiguió difuminar con luz.

Él y el que fue su compañero de habitación escuchan con atención a Juan Carlos Rodríguez, quien tras la pausa fue el protagonista para charlar sobre su carrera y sobre esos episodios concretos que podían activar los recuerdos de los oyentes. El galgo, como se le conoció en Pucela, se formó en el Promesas y debutó con 19 años en el primer equipo blanquivioleta, donde fue importante en las dos siguientes temporadas, entre 1985 y 1987. De ahí fichó por el Atlético de Madrid, y después por el FC Barcelona con el que ganó esa Champions que recordaban antes, la del gol de Koeman. Tras un año en Valencia, Juan Carlos regresó a Pucela para sus últimas cuatro temporadas en la élite.

Muchos nombres, muchos momentos, muchas galopadas por banda que todavía recuerdan varios de los asistentes al taller en una mañana donde pasado y presente se entremezclan. Fútbol y vida, fútbol y amor, fútbol de ayer para mantener viva la llama del hoy. El Real Valladolid, el blanco y el violeta, para arrinconar el olvido.