El 17 de marzo de 2024 queda para la Historia. La del Real Valladolid, la del fútbol femenino, la del Estadio José Zorrilla. Si el 12 de marzo de 2023 fue algo inolvidable, con el primer partido de mujeres en el actual feudo blanquivioleta, en este domingo primaveral se ha superado aquella cifra de asistencia hasta fijarla en 11.500 personas que han presenciado el derbi ante el Atlético Lince en una jornada festiva llena de color, emoción, pasión y sueños.
Porque el camino sigue y cada vez se anda mejor por él. Porque la evolución del deporte está contando con el apoyo de la afición, que en días como este se vuelva y contagia entusiasmo. Porque cada vez más niñas crecen y se forman anhelando, sabiendo, que es posible jugar en el Estadio de su vida defendiendo la camiseta de su tierra.
Ese trayecto se ejemplificó a la perfección en el saque de honor del encuentro. Carmen Orobón fue una de las pioneras, cuando en 1970 derribó barreras para poder disfrutar del fútbol. Laura Fernández, vallisoletana, formó parte del proyecto femenino pucelano entre 2009 y 2011 y ha llegado a dedicarse de manera profesional al balompié. Y Carlota García Losco, familiar del mítico jugador Losco, benjamina en la cantera blanquivioleta, que recoge el testigo de todas las mujeres que han luchado por la igualad en el deporte a lo largo de más de 50 años. Ellas tres, además pucelanas de corazón, protagonizaron un simbólico saque intergeneracional.
El ambiente festivo se comenzó a respirar desde el recibimiento, donde decenas de personas se concentraron para dar ese aliento a sus jugadoras, para ayudar, o quizá aumentar, esos nervios ante un evento único. Con la llegada de los autobuses de laguneras y pucelanas arrancó un día que tuvo gran animación gracias a la música de Las Chicas y los bailes de la academia de Cristina Redondo.
Con la colaboración del Ayuntamiento de Valladolid, los nombres de las jugadoras resonaron en el vídeomarcador y se vibró con la salida al campo de las futbolistas mientras la zona oeste -grada y tribuna- completa cantaban banderas blancas y violetas. Además, se abrió parte del fondo sur para seguir albergando a más aficionados.
Los homenajes continuaron en el descanso. Por un lado, a la cantera femenina y masculina blanquivioleta. Por otro, reconocimiento a los clubes femeninos vallisoletanos que, a diario, ponen lo mejor de cada una de sus integrantes para seguir resaltando el valor del deporte practicado por mujeres. En total, 20 entidades de la ciudad y provincia, muchas de las cuales contaron con representación en Zorrilla este domingo, de un amplio abanico de disciplinas.
Todo ello, enmarcado en las actividades que el Club ha propuesto para reivindicar el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, y que se plasmó además en el brazalete que lucieron primero Maka y después Sandra como capitanas del equipo. "Por todas mis compañeras" ha sido el lema elegido, que sintetiza esa fuerza de grupo, de equipo, para que el feminismo siga avanzando en el deporte y en la sociedad en su conjunto.