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Un 2024 de crecimiento blanquivioleta

El ascenso a Primera División marcó la realidad deportiva del año que dejamos atrás en un Real Valladolid reforzado en lo social por una afición que no para de aumentar

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Un 2024 para seguir creciendo. Un año que dejamos atrás y que ha supuesto volver a donde corresponde. Un año que plantea retos muy importantes, pero que deja felicidad deportiva y una fuerza social sin igual a lo largo de los casi cien años de un Real Valladolid de Primera.

En lo deportivo, el año que hoy se acaba empezó mal. El equipo no se encontraba en Segunda, los resultados no llegaban y el sueño del ascenso, siquiera vía playoff, parecía lejano por jornadas. Una derrota en Burgos en el primer duelo de 2024, una racha de partidos consecutivos sin ganar, caer en las visitas a Andorra y Ferrol, fueron momento grises para un equipo y una afición que, sin embargo, iba a celebrar solo unos meses después. A finales de marzo el Pucela encontró la regularidad que esperaba, se asentó en las victorias y fue a más hasta que, en ese inolvidable 26 de mayo de 2024 se vivió en Zorrilla uno de los momentos más épicos de los últimos tiempos para ganar un partido inverosímil y celebrar el regreso a Primera División por el camino rápido.

Aquel penalti que anotó Sylla, ese que patearon a la vez casi 25.000 blanquivioletas desde sus butacas, con el corazón en un puño y los nervios a flor de piel, ha sido sin duda el punto álgido de un 2024 con luces y sombras, pero en el que se cumplió el objetivo marcado, el ascenso. Valladolid volvió a celebrar en una nueva rúa masiva por las aguas del Pisuerga, las calles de la ciudad, hasta culminar en una abarrotada Plaza Mayor.

Un mayo que también dejó otro ascenso, el de un Real Valladolid Simancas intratable que encadenó doce triunfos consecutivos para ganarse el derecho a competir en categoría nacional, en Tercera RFEF, cuarto escalón del fútbol femenino, y empezar a labrar un camino que conduce a estar entre las mejores estructuras. Para conseguirlo, la familia blanquivioleta ya demostró su apoyo al equipo en otro histórico domingo, el 17 de marzo, con 11.500 personas en Zorrilla para vivir el choque ante el Atlético Lince y firmar una asistencia récord.

El parón de las competiciones en los meses de verano marcaron, en lo social, otros hitos muy relevantes que configuran la historia de este 2024. Hechos para estar juntos, la campaña de abonados con banda sonora local, vino acompañada del sonido de la afición que demostró que late con fuerza por su Real Valladolid. 24.000 abonados para marcar un nuevo techo histórico, con lista de espera al llegar al límite establecido, que celebraron el regreso del anterior escudo del Club: después de la consulta popular de diciembre de 2023, el 1 de julio se hizo efectiva la vuelta al blasón que ha identificado al equipo, también a la ciudad y a la provincia fuera de nuestras fronteras, en las últimas décadas.

Desde agosto, la mirada está puesta en el futuro, en un año 2025 que se plantea con el importante reto de la salvación, de mejorar los resultados deportivos para que el Pucela siga perteneciendo a la élite, su lugar natural por historia. Una mirada que no olvida, no puede ser de otra manera, el pasado. Por ello Zorrilla se puso en pie este 19 de agosto para homenajear a las leyendas que en 1984 elevaron el blanco y el violeta hasta lo más alto del fútbol español. 

Un sendero de unión y de fuerza colectiva que continuó en septiembre durante la gala de la Federación de Peñas y que vivió otro momento mágico en noviembre con el emotivo reconocimiento a los aficionados más fieles, los que cumplen décadas y décadas junto al Real Valladolid, en una entrega de insignias que tuvo lugar en el teatro Carrión.

Con nuevo capitán de barco, el argentino Diego Cocca en sustitución de Paulo Pezzolano, el Real Valladolid mira a la nueva página que se abre este 1 de enero con ambición y la consciencia de que hace falta trabajo para revertir la dinámica deportiva actual, con el equipo colista. Y con esa proyección de futuro también se contemplan los éxitos que llegan desde la cantera blanquivioleta, con la reciente clasificación del juvenil para disputar la Copa del Rey y con la energía que aportan los jóvenes que crecen desde los equipos base, con los debuts en LaLiga de Chuki, Maroto, Koke, Juma, Chasco, Arnu.

Todo ello para que 2025 sea, de nuevo, otro año para celebrar los éxitos de un Real Valladolid de todos y para todos, símbolo e identidad, orgullo y pertenencia, de una tierra que quiere hacer valer su pasado, presente y futuro.