Icono chat Chat
Skip to main content
LaLiga

4-1: Aguacero blanquivioleta

El Real Valladolid fue tormenta ante el Celta en un partido de película en Zorrilla bendecido por los goles y la lluvia

Aún no hay reacciones. ¡Sé el primero!

Volvió la lluvia y brotaron los goles. En un partido pasado por agua, qué falta hacía, llegó la tormenta. La que fraguó y condensó el Real Valladolid especialmente en una segunda parte memorable que tuvo un aguacero de goles y tres penaltis parados en un 'más difícil todavía' que encumbró a Masip, que ha dejado los tres puntos y, por encima de todo, ha apasionado a una afición que disfrutó de su equipo. Acertó Pacheta con sus decisiones para desatascar un duelo igualado, en el que el Celta parecía más peligroso, y dar rienda suelta a la magia de una plantilla blanquivioleta que gozó e hizo gozar.

Como en una buena película, el guion de esta décima jornada fue enredado, lleno de matices, de picos de emoción, de parecer una cosa para acabar siendo otra. No hicieron falta efectos especiales porque la naturaleza, que regaló una noche lluviosa sobre Valladolid como hacía muchos meses no se recordaba, se encargó de poner su parte e invitar a la épica. A fuego lento se desarrolló el primer tramo de partido en el que la imprecisión y la falta de fluidez en la circulación fue la norma. No se encontraba el Pucela sobre el verde, los vigueses estaban más cómodos y, aunque por momentos, eran los visitantes los que se hacían con el poder. Más incisivos los de Coudet, Aspas amenazó el área en el minuto 15 pero Fran Beltrán no acertó a culminar su jugada, mientras que Sergi Guardiola y Weissman lo intentaron en una combinación de calidad pero la defensa cortó sus alas.

En ese marco algo insulso apareció el gol y la historia giró. En una jugada ensayada Aguado amagó con colgar el balón al área en una falta lejana y, sin embargo, optó por jugar con Roque Mesa en la frontal, raso, para el disparo del medio centro, que tocó en la cabeza de un defensor y subió el 1-0. Era el minuto 33 y la alegría duró bastante poco porque el Celta, diez después, lanzó una contra perfecta que superó las líneas rivales con velocidad para que Óscar rematase a puerta vacía.

Movimientos que cambiaron el final
Tras el descanso todo se precipitó. Arreciaba la lluvia, como impaciente porque sobre el césped pasaran cosas. Y lo primero que pasó es que el Celta metió miedo con tres llegadas que ensombrecían la posibilidad de puntuar. Larsen, Aspas y Cervi llamaron a la puerta proponiendo truco o trato. Y despertaron a la bestia.

Un disparo de roque Mesa que repelió el portero, en el 56', fue una bocanada de aire. El punto de inflexión llegó desde el banquillo, Pacheta optó por cambiar piezas en el minuto 60, cambiar sistema, y dar entrada a Plano y Sergio León. Y cómo rugió. La tuvo el delantero y se encontró una mano de muchos reflejos de Marchesin para enviar a córner. Aguado lo sacó y en el corazón del área irrumpió, con qué fuerza, de qué manera tan contundente, un Joaquín Fernandez imperial para de un cabezazo devolver la ventaja al Pucela. 

A partir de ahí todo se precipitó a una velocidad inusitada. El Celta quiso pero la defensa local sofocó con seguridad el conato de rebeldía, y en ataque el Real Valladolid lanzó sus fuegos. No artificiales, porque estos fueron de verdad y con una energía tal que iluminaron la oscuridad. En el 75', originado en un saque de banda, el equipo movió la pelota de lado a lado para que Olaza centrase y León, de cabeza en el área, golpease con el 3-1. Y, si esta hubiese sido una película previsible, ahora que la ciudad se prepara para la Seminci, en el 77' habría llegado la sentencia.

Pero aún quedaban sobresaltos.

Un balón largo de Aguado para la carrera de Plata, recién ingresado al campo, acabó con un penalti sobre el ecuatoriano. Sergio León asumió la responsabilidad, la pegó con dureza y Zorrilla enmudeció ante el paradón de Marchesin. Pero el León herido es aún más peligroso. Del pecho del delantero llegó, esta vez sí, la sentencia tan solo dos minutos después. Bajó un balón del cielo para dejársela a Plano, que trazó una paralela con Plata para plantarse en el lateral del área, poner un centro medido para el '7' y que el cordobés se pudiera resarcir con el 4-1. 

La afición disfrutaba, de nuevo y tras muchos años, de una goleada de los suyos en Primera División. Pero en una noche como la de este miércoles, donde Zorrilla registró la meritoria cifra de 16.547 espectadores, faltaba un broche. Apareció el VAR para decretar penalti en el área castellana y llegó el momento del capitán blanquivioleta ante uno de los lanzadores más destacados del campeonato, Iago Aspas. Detuvo el primero, en el minuto 86. No conforme, tras una nueva revisión, Pizarro Gómez mandó repetir porque varios jugadores habían entrado prematuramente en el área. Pero esta noche era, irremediablemente, blanquivioleta. Cambió de lado Aspas su lanzamiento y volvió a adivinar Jordi Masip para poner el 'FIN' al celuloide y regalar un partido especial a la familia del Real Valladolid.

Por suerte o por desgracia, no hay tiempo para saborear este triunfo. El sábado visita el Estadio José Zorrilla la Real Sociedad, a partir de las 16.15 horas, en una nueva oportunidad para elevar al fútbol hasta el octavo arte.

Ficha técnica:
(4) Real Valladolid: Masip; Joaquín, Feddal, Javi Sánchez (El Yamiq, min. 72); Lucas Rosa, Aguado, Roque Mesa (Malsa, min. 82), Olaza; Guardiola (Sergio León, min. 60), Weissman (Plata, min. 72), Kike Pérez (Plano, min. 60)

(1) RC Celta de Vigo: Marchesin; Hugo Mallo, Aidoo, Mingueza, Javi Galán; Tapia (Veiga, min. 67), Fran Beltrán, Óscar, Cervi (C. Pérez, min. 67); Aspas, Larsen

Goles: 1-0, Roque Mesa, min. 33. 1-1, Óscar, min. 43. 2-1, Joaquín, min. 62. 3-1, Sergio León, min. 75. 4-1, Sergio León, min. 79.

Árbitro: Pizarro Gómez (C.T. madrileño) amonestó con cartulina amarilla al visitante Óscar, y al local Masip

Incidencias: partido correspondiente a la décima jornada de LaLiga Santander disputado en el Estadio José Zorrilla el miércoles 19 de octubre, a partir de las 19.00 horas, ante 16.547 espectadores